viernes, 22 de abril de 2011

El cuento de cada viernes.

Lucía:

Hoy tengo para todos tus lectores un cuento que me acompaña desde mis inicios en ésto de los relatos, en concreto desde 2004. La verdad es que no recuerdo ni el autor ni de dónde lo saqué porque mis inicios fueron bastante indisciplinados. De todas formas la historia me gustaría compartirla con todos tus lectores.

saludos
Juli Conesa

DOÑA TOMASA Y PEDRITO

El primer día de clase que Doña Tomasa se enfrento a sus alumnos de quinto curso, les dijo que ella trataba a todos los alumnos por igual y que ninguno era su favorito. En la primera fila sentado estaba Pedrito, un niño antisocial, con una actitud intolerable, que siempre andaba sucio y todo despeinado.

El año anterior, Doña Tomasa sólo había tenido a Pedrito en alguna de sus clases.

Doña Tomasa veía a Pedrito como un niño muy antipático. A ella siempre le daba mucho gusto poder marcar con lápiz rojo todo el trabajo que Pedrito entregaba, con un "0".

En la escuela donde Doña Tomasa enseñaba se requería revisar el archivo de historia de cada alumno y el de Pedrito fue el último que ella revisó. Cuando ella empezó a leer el archivo de Pedrito, se encontró con varias sorpresas:

La maestra de Pedrito de primero había escrito: "Pedrito es un niño muy brillante y muy amigable, siempre tiene una sonrisa en sus labios". Él hace su trabajo a tiempo y tiene muy buenos modales. “Es un placer tenerlo en mi clase".

La maestra de segundo: "Pedrito es un alumno ejemplar, muy popular con sus compañeros, pero últimamente muestra tristeza porque su mamá padece de una enfermedad incurable".

La maestra de tercero: "La muerte de su mamá ha sido muy difícil para él". Pedrito trata de hacer lo mejor que puede pero sin interés”. Tampoco el papá demuestra ningún interés en la educación de Pedrito. “Si no se toman pasos serios, esto va afectar la vida de Pedrito".

La maestra de cuarto: "Pedrito no demuestra interés en la clase”. Cada día Pedrito se cohíbe más. “No tiene casi amistades y muchas veces se duerme en clase".

Después de leer todo esto, Doña Tomasa sintió vergüenza por haber juzgado a Pedrito sin saber las razones de su actitud. 

Se sintió peor cuando todos sus alumnos le entregaron regalos de Navidad envueltos en fino papel, con excepción del regalo de Pedrito, que estaba envuelto con un cartón de la tienda. Doña Tomasa abrió todos lo regalos y cuando abrió el de Pedrito, todos los alumnos se rieron al ver lo que se encontraba dentro. En el cartón había una botella con un cuarto de perfume y un brazalete al que le faltaban algunas de las piedras preciosas.

Para suprimir las risas de sus alumnos, ella se puso inmediatamente aquel brazalete y se puso un poco del perfume en cada muñeca. Ese día Pedrito se quedo después de clase y le dijo a la maestra:

- Doña Tomasa, hoy usted huele como mi mamá.

Cuando todos se marcharon, Doña Tomasa se quedo llorando durante una hora.

Desde ese día cambió su método. En vez de enseñar solo lectura, escritura y aritmética, escogió enseñar a los niños.

Doña Tomasa empezó a ponerle mas atención a Pedrito. Ella notaba que mientras más ánimos le daba a Pedrito, con más entusiasmo reaccionaba él. Al final del año, Pedrito se convirtió en él más aplicado de la clase, y a pesar de que Doña Tomasa había dicho el primer día de clase que todos los alumnos iban a ser tratados por igual, Pedrito era su preferido.

Pasaron seis años y Doña Tomasa recibió una nota de Pedrito, la cual decía que se había concluido el Bachillerato y que había terminado en tercer lugar. También le decía que ella era la mejor maestra que él había tenido.

De ahí pasaron tres años cuando Doña Tomasa volvió a recibir noticias de Pedrito. Esta vez, él le escribió que se le había hecho muy difícil, pero que muy pronto se graduaría de la universidad con honores, y le aseguro a Doña Tomasa que todavía ella seguía siendo la mejor maestra que había tenido en su vida.

Pasaron tres años más cuando Doña Tomasa volvió a tener noticias de Pedrito. En esa carta él le explicaba que había conseguido su título y que había decidido seguir estudiando. En esta carta Pedrito también le recordaba que ella era la mejor maestra que había tenido en su vida. La carta ya no la firmaba ni Pedrito ni Pedro, sino el Doctor Pedro Altamira.

Bueno, la historia no termina ahí. En la primavera, Doña Tomasa volvió a recibir una carta de Pedrito donde le explicaba que había conocido a una muchacha con la cual se iba a casar y quería saber si Doña Tomasa podría asistir a la boda y tomar el lugar reservado usualmente para los padres del novio. También le explicaba que su papá había fallecido varios años atrás.

Claro que Doña Tomasa acepto con mucha alegría, ¿y saben que hizo? El día de la boda, ella se puso aquel brazalete sin brillantes que Pedrito le había regalado y también el perfume que la mamá de Pedrito usaba. Cuando se encontraron, se abrazaron muy fuerte y el Doctor Altamira le dijo en el oído muy bajito:

- Doña Tomasa, gracias por haber creído en mí. Gracias por haberme hecho sentir que yo era importante y que
podía salir adelante con éxito.

Doña Tomasa, con lágrimas en los ojos, le respondió:

- Pedro, estás equivocado. Tu fuiste el que me enseño que yo podía hacer algo especial, solo con interesarme genuinamente. ¡Yo no sabía enseñar hasta que te conocí a ti!

FIN DEL RELATO


Calendario de los actos litúrgicos de Semana Santa en San Martín de Valdeiglesias:
Hoy es Viernes Santo
12h00 - Via Crucis
19h00 - Santos oficios (Celebración de la Pasión del Señor)
23h00 - Procesión y Sermón de la Soledad


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