lunes, 26 de julio de 2010

La Orquesta Humana

Durante mi vida he participado, de una u otra forma, en espectáculos de lo más variado.

Cuando era pequeño, en el colegio, obras de teatro y mucha música. Cuando fui un poco mayor y durante 10 años la danza era lo mío. Luego se abrió un enorme hueco temporal en el que mi única actividad fue la de contar cuentos a niños y mayores. En la actualidad intento participar activamente en la banda de música: la Unión Musical de San Martín de Valdeiglesias, incluyéndome en el equipo de músicos percusionistas. Ya sabéis: bombos, platos, maracas, castañuelas, metalófonos, panderetas....

Ayer noche tuvimos una nueva actuación y mientras movía instrumentos en el desmontaje del escenario, haciendo la clásica observación del peso que tienen todos los instrumentos de mi equipo comparado con lo etérea que es la música en sí misma, tuve una extraordinaria ocurrencia: ¿Podríamos montar una orquesta con los sonidos que humanamente producimos?

Casi que si.

Teniendo en cuenta que hasta el rascarnos produce algún tipo de sonido:

Por descontado que todos gritamos, hablamos y cantamos, pero además tosemos, estornudamos, nos mocamos, hacemos gárgaras, bostezamos, hacemos palmas, chascamos los dedos, pataleamos, hacemos pedorretas, nos rascamos (como he dicho), silbamos y escupimos. Los pedos variados hay que tenerlos en cuenta y el ruidillo del "pipí" como que también.....

Todo esto casi sin necesidad de instrumentos ni artilugios. Con una botella de agua y un pañuelo somos capaces de hacer todo esto, si no hay prisa.

La idea de ésta orquesta me hizo más llevadero el trabajo, aunque una noche fresca como la de ayer en la Sierra de Madrid, también ayudó lo suyo.

¿Me he olvidado de algún ruidillo? ¿Montamos una orquesta así? Seguro que para montar y desmontar los equipos e instrumentos no necesitamos a nadie.

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