Aunque vivimos en Madrid procuramos mantener una de las tradiciones navideñas catalanas más populares: El Tió.
Éste es un tronco grandote tapado con una manta que al golpearle con un bastón, obsequia a chicos y mayores con regalitos y dulces navideños. Su origen era un enorme tronco que sobresalía de la chimenea y que durante esos días se iba quemando desde una de las puntas hasta que se consumía por completo. Ya no habría más dulces navideños hasta que el año siguiente, en esas mismas fechas, se volviera a cumplir la tradición. Ritos paganos de nuestra tradición agrícola ancestral.
Mañana, si puedo, os contaré que nos han traído los duendes del Tió, y hoy no me voy a extender más. Os dejo un cuento y una canción y esta noche alegraros como nosotros:
- ¡Felicidades!¡Jesús ha nacido! -
- ¡En verdad ha nacido! -
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