sábado, 4 de diciembre de 2010

Hoy le han metido veinte goles a mi hijo...

...y podían haber sido treinta.

Desde hace tiempo los muchachos juegan una especie de liguilla entre los pueblos de la zona, pero, organizada por los respectivos patronatos deportivos, los entrenadores podían hacer un poco lo que querían en las alineaciones y nunca se habían dado estos resultados tan abultados.

¿Que al equipo visitante le faltaba un portero? pues uno de los nuestros se ponía a cubrir esa portería. ¿Que en otro pueblo no habían venido la mitad? pues se completaba con chavales de otros equipos. Sin problemas.

Ahora es diferente. Éste año ya se ha convertido en una liga oficial de la Federación Madrileña de Fútbol. Cada jugador esta "fichado" por su club y sólo puede jugar con su equipo. Los árbitros, ahora federados, levantan acta de cada partido y transmiten sus informes a la federación. Una liga de verdad, con chavales de diez años, pero de verdad.

Hoy le han metido veinte goles a mi hijo porque a la hora de empezar el partido sólo había seis jugadores en su equipo contra los siete del contrario y el árbitro, a las nueve en punto de la mañana, ha pitado el inicio del encuentro. Los otros doce compañeros del segundo equipo no han podido saltar al campo, como en otras ocasiones, para echarles una mano. Hoy se las han visto y deseado para intentar contener a los adversarios pero éstos les han superado completamente.

Es además el segundo equipo alevín y les cuesta llegar al gol. Vamos, que ganamos pocas veces, pero como ésta no recuerdo ninguna.

Yo le digo a mi hijo que si jugara en un equipo con mejores jugadores le llegarían pocos balones a su portería y que a parar goles sólo se aprende enfrentándose a los tiros de los contrarios, cuantos más mejor para su formación. 

- Que hoy te han metido veinte, es verdad, pero has parado diez y si has aprendido algo en éste partido que te permita el próximo sábado parar uno más, esta derrota de hoy la podríamos considerar hasta un buen resultado.- le digo

Él no lo ve así. El quiere que su equipo gane siempre y que no le metan a él ni un sólo gol. Nada más.

El futbol se asemeja a la vida.¿Cuantos goles me han metido a mi, en mi vida?¿Y cuantos he parado? Yo también he querido que mi "equipo" gane siempre y lo he conseguido en muchísimas ocasiones, pero no en todas.

Hijo... ¡lo que te queda por aprender y por sufrir!... en el futbol, por supuesto, ¡y en el resto también!.

Así veinte veces. Y no se deprime, sólo se cabrea.


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