sábado, 17 de julio de 2010

Un cuento para gente corriente

Desde siempre me ha gustado un buen cuento. No importa si el calendario insiste en decirme que ya no tengo edad para ello: un buen cuento es un buen cuento.
Tuve la oportunidad de participar, hace ya unos cuantos años, en un curso para cuenta-cuentos que se desarrolló aquí, en San Martín y aprendí mucho del profesor y de mis compañeros. Una de las cosas de las que me dí cuenta es que sólo me interesaban los cuentos para adultos y así incluso llegué a tener espacio en un programa de la radio local.
Conté muchos cuentos. Todos para adultos y no porque tuvieran un contenido obsceno (que tambien los hubo) sinó porque desgranaban de forma breve caracteres y matices sólo al alcance de mentes ya maduras:
Cuentos que recomiendo encarecidamente como el primero que me apasionó: "La esposa o la prostituta autorizada" de Patricia Higsmith donde una mujer planea y consigue matar a su marido resultando impune de culpa.

Leelo, si te apetece.

A los chavales del colegio les conté uno de los cuentos de Pere Calders que formaron parte de la obra Antaviana de Dagoll Dagom: El pricipio de la sabiduría. Y "flipaban".

Leelo. Está en el acto tercero de Antaviana (en catalán)

Una obra radiofónica "El trato" de Radio Exterior de España, adaptada por mí en un cuento (o en un monólogo como ahora se llama) y me permitió hacer algún "bolo" por bares y cafés de la zona. Las obra expone el dilema vital de una persona en un momento crucial de su vida: si mata a alguien desconocido acabarán sus problemas para siempre.

Un día quedamos y te lo cuento, a cambio de un par de Coca-colas ya que como es el premio Margarita Xirgu del año 2002 en RTVE no está disponible, creo.

El pasado sábado en Radio Nacional de España, en su programa "No es un día cualquiera", en su seccion habitual "Cuentos para Ulises" emitieron un cuentecillo de no más de 5 minutos que me hizo estremecer. Cuando lo oí, le envié el Postcad a una amiga mía y le gustó tanto que lo "colgó" en su FaceBook. Yo también te lo dejo aquí para que lo puedas disfrutar como nosotros.


Personalmente pienso que nunca es tarde para disfrutar de un relato corto que en sólo unos minutos es capaz de transmitir mucho.

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