viernes, 15 de octubre de 2010

Soledad y otras reflexiones

Después de mucho tiempo sin hacerlo, vivo ciertos momentos de soledad. De la más absoluta soledad. Se unen ciertas circunstancias que hacen que eso sea así: estoy por las tardes en un lugar aislado y con muy pocos visitantes entre semana, toda mi familia está ocupadísima entre música, danza, baloncesto, fútbol...

Así que aquí estoy yo, conmigo, con la única compañía de mi música, los pájaros, un par de gatos y este bloc de notas que me hace las veces de confidente.

Estoy en la seguridad que para otras personas podría ser desesperante, pero mi mundo interior me llena por completo y además, siempre puedo dar salida a mis palabras en este blog. Luego llegan sábados, domingos y festivos y es un no parar de gente y más gente. Para compensar.

Convivir con mi soledad hace que valore a los que constantemente me rodean, a mi familia.

Cuando de joven me iba un mes de vacaciones a Port de la Selva, en soledad, con mi tienda de campaña, era un momento de liberación y de felicidad y ahora no es lo mismo, aunque me sigue gustando disfrutar de algunos de esos momentos. Creo que hasta me encuentro mejor y más feliz ahora, pero ya necesito la compañía de los míos y salgo hacia casa con ganas de verlos y hablar con ellos... y de sentirlos cerca, que estén conmigo.

Serán cosas de la edad.

De todas formas, no es la única cosa que ha cambiado en mi, hay muchas más: antes de conocer a mi actual pareja no me hubiera vuelto a casar nunca más y ahora, después de más de diez años de convivencia he de afirmar rotundamente que, lo que me hace ser feliz es saber que está a mi lado a las duras y a las maduras.

Antes mi soledad era un refugio y ahora sólo es eso, soledad.

Antes mis placeres eran sólo míos y ahora mis mejores momentos pasan por sentir como míos los placeres que siente otra persona que no soy yo.

Antes y ahora...

Antes y ahora...

La balanza se decanta hacia el ahora, sin duda.

Mi soledad de ahora tiene el premio del reencuentro con los míos. ¿Que más puedo pedir?

En mi ordenador suenan ahora las últimas estrofas de "Le métèque" de Georges Moustaki...

Avec ma gueule de métèque,
De juif errant, de pâtre grec
Et mes cheveux aux quatre vents,
Je viendrai ma douce captive,
Mon âme sœur, ma source vive,
Je viendrai boire tes vingt ans

Et je serai prince de sang,
Rêveur, ou bien adolescent
Comme il te plaira de choisir
Et nous ferons de chaque jour,
Toute une éternité d’amour
Que nous vivrons à en mourir.

Et nous ferons de chaque jour,

Toute une éternité d’amour

Que nous vivrons à en mourir.

...

(Con mi cara de extranjero
De judío errante y pastor griego
Y mis cabellos al viento
Vendré, mi dulce cautiva
Mi alma hermana, mi fuente viva
Vendré a beber de tus veinte años
Y seré príncipe de reyes
Soñador, o adolescente
Como tú quieras elegir
Y haremos de cada día
Toda una eternidad de amor
Que viviremos hasta morir
Y haremos de cada día
Toda una eternidad de amor
Que viviremos hasta morir.)

Una canción que me acompaña desde que acabé mi curso de verano en la Escola Oficial de Idiomes de Barcelona...

Más cosas que cambian. Antes era mi pequeña utopía. Ahora...

1 comentario:

  1. Hola Lucia, la esperiencia que vives no es facil,con todas las posibilidades en la mano, entorno medios espectativas y la mayor parte de los minutos trascurren en completa soledad amplificada por el entorno, bien sabes que me habría encantado andar por ahí sacandote de tu mundo de vez en cuando, quizas ahora comprendas porque cuando estoy en ese lugar no paro, como se que eres muy creativa se que saldrá algo bueno de todo esto, hasta pronto.

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