Otro nuevo concierto de los alumnos de la escuela de música me hace sentir orgulloso de mis vecinos.
Hace mucho tiempo que los alumnos de música moderna, viento-metal y percusión forman, en ocasiones, una Big Band capaz de levantar pasiones. Y el otro día lo hicieron de nuevo.
Jóvenes y jubilados juntos en un escenario desgranando temas de Nino Bravo, Stevee Wonder y muchísimos más en un extraordinario concierto de más de dos horas. Dieciséis músicos y un cantante, con su música, de la mano de al menos dos de los mejores profesores de la escuela (que también participaban), Mika y Mario, demostraron que no hacen falta dispendios economicos tremendos para que la gente disfrute y se lo pase bien. Bueno, es indispensable el buen trabajo de todos ellos y que luego salgan las cosas bien. Ese buen trabajo tiene premio y ese premio fue el éxito tremendo del concierto.
Temas para bailar, para saltar y en cualquier caso con una calidad sin nada que envidiar a muchas orquestas de pago, incluso superior a ellas. Simplemente el escuchar, con un vaso de bebida en la mano, disfrutando de una noche agradable, fue un placer poco habitual.
Lo dicho, tengo unos vecinos fenomenales a los que durante un tiempo sólo volveré a ver en sus tareas "remuneradas", en sus clases en la Escuela o ensayando para el concierto de Navidad o de Fin de Curso.
Espero con ganas el próximo concierto. ¡Ojalá sea pronto!
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