In extremis

Casi que no publico hoy. ¡Que cosas!

Ando enredando para automatizar la música, el ambiente musical, vamos, para mis clientes y ya de paso hacer emisión por Internet. Asi que estoy preparando la programación de eventos, las cuñas publicitarias, las listas de música.... ¡un enredo!

Lo que yo no contaba cuando empecé es que es algo lento. Muy lento. Eso si lo quieres hacer bien, claro. Así que escibo este artículo cuando son las trece horas y ventiocho minutos de hoy mismo.

La verdad es que es todo un mundo eso de la radio.

He tenido que bajar programas de automatización y aprendermelos, programas de streaming y configurarlos, buscar un servidor para eso de la radio por internet y eso entretiene y mucho. El premio para mí es que ahora ya empieza a funcionar, al menos internamente, como música y recurso de ambiente.

¡Genial!

Cuando pueda emitir por Internet, montaré informativos a las horas y pequeños programillas para entretenerme. Es un pequeño placer eso de montarse un sistema a la medida y sin depender demasiado de la memoria de cada uno: el ordenador se encarga de todo a las horas en que lo tengas programado.

Es que ya lo uso en casa y todo. Lo enchufo por las mañanas y ¡hala! ¡Radio Lucía en marcha!

Bueno, no voy a escribir más. Tenemos visita en el Castillo... bueno, más que visita, comida. Los chavales del taller de cocina han montado en nuestra sala de conferencias una mesa para veinte y aquí van a estar el Señor Alcalde, acólitos y visitantes ilustres, así que os tengo que dejar.

Una cosa más. Ver a diez cocineros en el castillo pululando, todos con su uniforme impecable e igualitos es una cosa extraña. Los vemos pasar en grupitos llevando y trayendo cosas arriba y abajo y no puedo más que sonreirme.

Mañana mas. Besos.

¡Anda! ¡Radio Santa Lucía existe!... me tendré que buscar otro nombre.....