domingo, 14 de noviembre de 2010

La lectura dominical

Soy, en muchas ocasiones, quien lee La Palabra de Dios en mi parroquia todos los domingos y lo hago bastante bien. Tras mi participación, el cura encargado de dar la misa lee Los Evangelios y con tranquilidad mi mente me transporta a aquellos tiempos y siento sus palabras como algo real que vivo en mí. En unas ocasiones es complicado y en otras, como la del otro día, me es muy fácil.

Cuando acabó la misa y me fui a casa anduve pensando en ese texto vivido y como en otra ocasiones, me asaltaron un buen montón de comentarios y preguntas que os voy a dejar aquí, no sin antes indicaros que el Evangelio leído por mi párroco fue Lucas 19, 1-10.

Lo que quedó en mi mente tras la lectura:

Los milagros y la palabra de Jesús le preceden y Zaqueo, un pecador publicano, vecino de Jerico, desea fervientemente conocerlo.
Jesús entra en la ciudad y le acompañaba tal muchedumbre que el pobre Zaqueo, que era bajito, no podía ni acercársele y acaba subido a una higuera.
Jesús se hospeda en su casa ante el asombro de sus fieles y Zaqueo se convierte definitivamente, incluso repartiendo parte de su fortuna con los pobres.

Y mis preguntas:

Si los milagros de Jesús eran tan popularmente conocidos ¿en que se basaban los judíos para renegar de él? ¿El miedo a perder su poder? Seguro. ¿Porqué tras Jesús sobreviven otras religiones? Con la cantidad de fieles convertidos por él, incluso con fortunas a su disposición, lo suyo debía haberse convertido en un movimiento imparable y al contrario, la zona acaba siendo el eje no de una, sino de tres religiones monoteístas, similares, pero bastante diferenciadas.
¿Porqué sus seguidores y fieles eran tan reacios a la conversión de pecadores? ¿Querían la salvación sólo para ellos?

Cuando me imagino a Jesús en la actualidad es cuando las preguntas, a través de otras preguntas que me hago, tienen su respuesta:

¿Cuántos milagros tendría que hacer hoy para que le fuéramos fieles? Una infinidad ¿Seríamos tan cabezones como sus contemporáneos? Sin duda ¿Haría "bolos" por todo el mundo? Seguro que viajaría de ciudad en ciudad y de país en país ¿Se llenaría la televisión y los foros de Internet de tertulias a favor y en contra? El debate sería popular, si. Con los papeles que hay que llenar para beatificar a alguien ¿cuantos años tardaría Jesús en ser reconocido por los estamentos eclesiásticos? Difícilmente lo conseguiría. ¿No le sería más fácil iniciar una nueva religión basada en el cristianismo? Seguro que sería así. ¿Sería un movimiento ilegal y perseguido en muchos países por la policía? Si. Seguro que habría muchos mártires. ¿Hasta que punto podría parecerse a un movimiento político peligroso? Desde el momento que pudiera llenar el estadio Santiago Bernabeu para el Sermón de la Montaña, los poderes estarían preocupados. Y la pregunta del millón ¿Le traicionarían en sus propias filas? Cuantas veces lo hemos visto.

En verdad os digo que si Jesús hubiera nacido hoy, hasta José pondría en entredicho la Inmaculada Concepción de la Virgen, aunque en cuanto llegaran los Tres Reyes Magos con sus presentes para su hijo se le acabarían las dudas.

- No tiene sentido que María me cuente algo difícil de creer si no es porque es verdad. Y estos tres Reyes confirman que nuestro hijo es algo especial. - pensaría

Y así me imagino que Jesús tuvo sus dos primeros e incondicionales fieles.

¿Quienes serían hoy los tres Reyes Magos de Oriente? Es que no se me ocurre.


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