Aunque me he levantado a la misma hora de siempre hoy han retrasado el desayuno una hora para descansar un poco más.
La mañana arranca con el graznido de las gaviotas que ha sido precisamente lo que me ha despertado. Los peregrinos aprovechan estas frescas horas para avanzar y veo como les ponen un sello en algún documento como un pasaporte. Hacia las doce está previsto que emprendamos el retorno. Sin prisa.
Son las nueve y cuarto y Porriño empieza despertarse. La Banda también.
Juli Conesa i García
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