Una vez ya escribí algún artículo referido a mi dominio de la ofimática de empresa y del Excel en particular y es que, claro, con la "titulitis" instaurada socialmente o tienes un papel que avale tus afirmaciones o simplemente lo que dices no se toma en consideración. Ese es mi caso.
Cuando una vez alguien me pidió mis hojas de cálculo de trabajo, mi primera pregunta fue si realmente sabia de Excel, ya que al complejidad de mis trabajos hace que muchos usuarios habituales, con título, alucinen. En el caso que nos ocupa, él acabó no volviendo a entrar en mi archivo y ahora sólo me pide resúmenes y datos concretos en pdf. Todo masticadito.
Saber más que muchos de mis compañeros o jefes, al menos en esto, siempre ha sido una fuente de problemas para mí, porque consigo simplificar y automatizar tánto las tareas, sobre todo las repetitivas, que al final doy la sensación de estar de adorno, cuando en realidad mi rendimiento real es mayor que el de la mayoría, si.
Y es que no lo puedo evitar.
Ahora que nadie me da la "brasa", que me dan la tranquilidad que necesito para hacer y deshacer, raro es el día que, además de estar haciendo mis tareas, en alguna de las pantallas de mi ordenador no corre una película o suena música. Eso sí, internet sólo para temas laborales y nada personal ya que eso sí que me descentra.
Bueno, al tema, que estoy divagando. Pues el caso es que ayer, por fín, mi cuñada se atrevió a consultarme una duda, una compleja duda, de su relación laboral con el Excel. ¡Increible!
Pensaba que sólo había sido una conversación de sobremesa, con el café, y no, ¡iba en serio! Esa noche ya tenía en mi escritorio sus tres archivos problematicos para estudiarlos. ¡Vaya, vaya!
Me he planificado la jornada de mañana para darles una vuelta y evaluar las soluciones de automatización como si me estuviera preparando para un examen tipo oposición. Si. Quiero quedar bien y demostrarle que es verdad lo que siempre hemos estado hablando y que nunca le había podido demostrar.
¿Conseguiré algo? ¡Ni idea! Mañana cuando a las diez de la mañana los abra y los "cate" sabré algo más. Esto es para mí como un regalo de Reyes y mi neurona está ansiosa por descubrir su nuevo pasatiempo.
Un nuevo reto. ¡Cómo mola!
Otro día os explico cómo ha acabado el asuntillo.
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