viernes, 21 de enero de 2011

Mi músico favorito

Cómo crecen los hijos, ¿eh?. Mi muchachote de diez años ya empieza a tener que tomar pequeñas decisiones y ya ve ciertas proyecciones de futuro, tambien pequeñas eso si, que le hacen cambiar su cara infantil por cierto semblante pensativo y adulto.

Lleva muchos años estudiando música y lee las partiruras de igual modo que las palabras. A mi me impresionaría mucho si no fuera porque yo también me muevo en el ámbito musical y también lo hago, aunque diez veces más lento que él, eso si. Y es que "mi chiquitín" aún tiene diez añitos y al ritmo que va no me atrevo a pensar hasta dónde va a llegar, musicalmente hablando, claro.

Además de sus clases semanales de clarinete, hace casi dos años que participa activamente en la Banda de San Martín de Valdeiglesias, la Unión Musical y éstas navidades también preparó su participación en el concierto de Navidad de la Escuela de Música con unos cuantos de sus compañeros de instrumento y amigos.

Su participación en la Banda es compensada financiándole la mitad de los costes de su formación musical, así que, ha costado, pero ha acabado entendiendo que es como "su primer trabajo remunerado" y la verdad es que se lo toma bastante en serio. Con menos disciplina de la que a mí me gustaría, pero si, en serio.

Su semblante cambió hoy, como dije al principio, cuando me contaba en el coche, mientras le llevaba de su clase de clarinete al polideportivo donde participa en los equipos de baloncesto y de futbol, que su profesor le ha ofrecido participar también en una banda musical juvenil de nueva formación:

- Una tarde más en la Escuela de Música. Voy a estar muy ocupado, ¿eh? - me decía mientras miraba al infinito.

Pues si, va a estar muy ocupado si decide participar y esa es una decisión que sólo él puede tomar. Sabe que primero va la escuela, la parroquia y sus respectivas obligaciones, luego la Banda y despues de eso, todo lo demás en el orden que desee.

La verdad es que tocar un instrumento es algo bastante simple y no parece que tengas que dedicarle mucho tiempo: Cojes una partitura donde están escritas las notas y te limitas a tocar lo que estás leyendo. Es el equivalente a subir a un estrado y leer un discurso. Lo que ocurre es que conectar lo que lees a tu instrumento, no equivocarte, sincronizarlo con tus compañeros y además con la presión de tener siempre espectadores críticos, no es nada fácil y requiere bastante trabajo personal.

Poco a poco va descubriendo que le queda poco tiempo para los juegos y eso lo tiene que estar notando. Yo recuerdo que noté el hacerme mayor cuando decidí no bajar más por los toboganes de los parques infantiles.

Como cambian las cosas.

Aquí no está él, pero yo si... bueno... uno de los míos, mejor dicho.

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