martes, 28 de septiembre de 2010

Un momento de paz.

Mi pareja se toma dos días de fiesta a modo de compensación por las horas extras. Su jefa prefirió darle esos dos días. ¡Ya nos apañaremos! seguro que han pensado.

Dos días que se traducen en dos mañanas sin niños porque por la tarde ya están ellos y yo trabajo de tarde-noche. Con ellos por en medio ¡de vacaciones nada! hay que estar encima de ellos de continuo.

Dos mañanas que se sintetizan en tres horas y media. desde las nueve y cuarto (hora en que ya los hemos dejado a todos en sus respectivos colegios) hasta las doce cuarenta y cinco , momento en que se inicia el plan de recogidas infantiles.

Para esas tres horas y media ya está pensando en desayunar en algún bar del centro y luego en no hacer naaaaada de naaaaada.

Finalmente, dos días de vacaciones LABORALES se le han convertido en menos de SEIS horas disponibles para hacer lo que le venga en gana.... ¡Y tán feliz que está!

Mañana me he planteado no darle mucha guerra para que pueda disfrutar de sus "vacaciooooones". Te quiero.

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